‘The Black Pelican’

22 junio, 2010

cotizacion BP

Gran corporación multinacional prospera en el mercado petrolífero. La competencia de otras multinacionales, el efecto del EBITDA en la cotización, o la codicia (greed) de la dirección lleva a una estrategia de control de costes, bajo la que no caben planes de contingencia especialmente sofisticados o costosos. Algo va mal, se produce la contingencia. No existen ideas, recursos, guiones que seguir dentro de la compañía y pasa un mes antes de poder ofertar al mundo la primera buena (?) noticia. Para entonces ya se ha producido probablemente la mayor catástrofe ecológica de la historia. La presión se vuelve contra el gobierno afectado, y su presidente, quien a su vez busca ofrecer las cabezas de la dirección de la empresa para calmar a la opinión pública. La empresa se tambalea, necesita salir a convencer a sus accionistas de que podrá superar los pagos de las indemnizaciones y costes de mitigación del accidente.

El cisne negro, lo imprevisto, vuelve a aparecer, arrasando a una compañía a la que ha puesto al borde del abismo (ahora incluso sus inversores amenazan con demandar). Nadie (?) podía esperar lo que ha ocurrido, aunque ahora resulta evidente a todos. No me cabe duda de que en estos momentos los competidores de la compañía están poniendo al día los planes de contigencia para la eventualidad de la explosión de una plataforma petrolífera. Para ello no dudarán en sobreinvertir recursos que tranquilicen a sus accionistas cuando formulen las previsibles preguntas en la próxima junta. Seguramente, para no herir los resultados, tendrán que buscar nuevas fórmulas de ahorro, reducir o eliminar otras operaciones, gastos superfluos, mantenimientos imperceptibles, hasta que aparezca el próximo cisne negro, de lo que no sabemos más que una cosa: no será en la forma de una explosión de una plataforma cuya válvula de salida no puede cerrarse….

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