El móvil está empezando a superar el concepto de dispositivo para el habla a distancia, y comienza a incorporar otras opciones. Cada vez más, el móvil es un dispositivo de comunicación -así de genérico-, un canal privilegiado de acceso al usuario. Se observa asímismo que en este proceso las empresas comienzan por explotar la cara publicitaria de la tecnología. No es complicado entenderlo: la publicidad convencional tiene rendimientos decrecientes, especialmente la televisión, que ha matado a la gallina de los huevos de oro, y las empresas buscan alternativas: reinventar la televisión, como prentende Budweiser, reinventar la publicidad, estableciendo nuevos entornos para los mensajes publicitarios. Las comunidades están gozando de un valor y atención crecientes como medios publicitarios: MySpace, por ejemplo, encuentra su significado como plataforma de venta de contenidos a jóvenes, por su vinculación a la música.
El móvil por su parte cuenta con armas interesantes como canal publicitario: viaja con los usuarios, lo que lo hace adecuado para promociones con cupones y en el punto de venta; es un canal electrónico que deja rastro de lo que hace, favoreciendo actuaciones personalizadas hacia el consumidor, la tecnología en que se basa no para de evolucionar, como otros países nos van señalando. No es de extrañar que el crecimiento de este terreno esté siendo exponencial y despierte el apetito de los grandes nombres de internet.