Resulta que, para una industria que ha hecho del pagar-justos-por-pecadores su leitmotiv, que nos entretiene cada día con una nueva acometida, que mata a mensajeros, a inocentes, en fin, que hace tiempo que dejo de ser una industria de contenidos para pasar a ser un lobby judicial, se encuentra con que 4 de cada 5 archivos almacenados en un reproductor portátil son perfectamente legales.
Si la industria musical no estuviese hoy dedicada a la contratación y formación de abogados en las leyes que ella misma se procura para defender su status-cada-vez-menos-quo y si se parasen a pensar en innovar (por contradictorio que parezca), en abordar creativamente el reto de tratar de dar forma a la manera en que los contenidos se van a consumir en los próximos años, quizás podrían encontrar una enorme oportunidad de hacer negocio en los dispositivos portálites, entre los que el teléfono móvil va a resultar un absoluto dominador, y hacerlo junto al consumidor, aportándole satisfacción, y no razones para pasarse al 20% de los que consumen ilegalmente, algo de lo que en todo caso ya se siente acusado.