Veo en Marketing News que el uso de los cupones a través del móvil se va a empezar a generalizar, algo de lo que vengo oyendo bastante tiempo, aunque es probable que esta vez sí esté aquí la revolución. Desde luego, no hay factor más importante en el marketing que la oportunidad, y la oportunidad de vender en la calle se presenta cuando uno merodea la localización del comercio.
Ocurre que, si bien la tecnología está ya madura para hacer llegar el mensaje al usuario, lo que no está tan claro es que se nos permita identificar la posición del usuario que nos señale cuándo enviar el mensaje. En este punto necesitamos contar con la localización del [potencial] cliente, y ésta es a menudo difícil de obtener por cuestiones legales y paralegales. Cuestión legal es que a nadie se le pueda localizar sin su consentimiento previo, lo que hace bastante inútil en muchos casos saber que la tecnologia puede aportar la localización si el usuario no sabe siquiera que puede autorizar a que la conozcamos, como es el caso. Por otro lado, siempre es factible la autolocalización, es decir, pedir al usuario que nos indique cuándo se encuentra cerca de nuestra oferta, para que podamos actuar en consecuencia. Preveo que la primera evolución del marketing móvil promocional dirigido a la venta va a venir por aquí.
Cuestión paralegal es que, ante las dificultades legales (y las amenzas que, derivadas de la apariencia de ilegalidad que la localización pueda tener) que existan, quienes pueden aportar la localización de forma más natural, los operadores, vacilen, tanteen, y finalmente se desinteresen de habilitar la localización como un mercado habilitador de un nuevo escenario de marketing. Para que no fuese así tendrían que establecer unos estándares de transmisión de la localización, unas tarifas homogeneas de explotación de la misma, unos acuerdos de interconexión entre redes (para que un usuario de una red pudiese solicitar y recibir la posición de otro sin más traba que la de obtener su permiso personal) y una política informativa entre sus bases de clientes que crease las condiciones de establecimiento de un nuevo ámbito de comunicación. No preveo que esto ocurra bajo esta generación de operadores.
Hola Manuel!
Me ha gustado lo que escribís en tu blog! Este tema en particular me interesa muchísimo. Se me ocurren millones de aplicaciones que podrían explotarse a través del móvil al conocer la localización exacta del usuario. Ahora, los únicos que están explotando (y tímidamente) son los mismos operadores. Por ejmplo, cada vez que vuelo a Portugal me envían mensajes de servicios que puedo contactar cuando estoy fuera al igual que mejoras en mi actual contrato con el operador. Cómo pueden ellos utilizar mi localización para venderme servicios? Cómo ves que evolucionará este tema? Podría una empresa enviar mensajes a aquellos usuarios que hayan dado su consentimiento y que conozcan su localización a través de GPS?
Cecilia, muchas gracias por tu comentario. Lo cierto es que sí, que la localización está ahí y puede usarse, como hacen los operadores al darte la bienvenida a su red cuando aterrizas de otro país. El problema es que esa información (la de la presencia) no la comparten con nadie, así que por el momento el único mercado que hay es el que crean los operadores, que por el momento, no es muy comercial. Hay muchas empresas que querrían emplear información de posición para hacer llegar propuestas segmentadas geográficamente, pero por el momento no pueden hacerlo. Y aunque pudieran, tendría que haber un acuerdo entre operadores para que el mensaje llegase a cualquiera, y no sólo a los clientes de una de ellas.–>
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