La irrupción del web 2.0 y todas esos servicios democratizadores de internet que tan adentro de la red están llevando la vida social de las personas esconden un realidad que no es tan democrática ni tan social como pueda parecer. Si bien es cierto que existe un final de la curva de demanda que antes de internet no había conseguido reunirse de una forma económicamente efectiva, no lo es menos que quienes capitalizan dicho final de la curva son los grander retailers (Amazon hace más negocio con las ventas de libros no situados entre los 100.000 mas vendidos que con éstos primeros cien mil). E igualmente podemos concluir que si bien los blogs y las redes sociales al estilo de MySpace, LinkedIn y las que florecen actualmente están atrayendo cientos de miles de usuarios hacia la red, otra cosa bien distinta es que su presencia sea reparada por los demás. Existen millones de blogs que no son leídos, perfiles sin ser visitados, redes de un sólo extremo. Y existen junto a estas verdaderos lugares de encuentro, periodistas que explotan sus recién estrenadas comunicaciones con lectores, nuevas fuentes más capilares y más directas. Aunque el mundo virtual crece de forma explosiva, los nodos que mantienen vida son unos pocos cientos, acaso miles. La Long Tail es una cola larga en censo, no en riego. Qué ocurre entonces con toda esa energía volcada a la red por tantos usuarios? Qué ocurre con todo el espacio colonizado y sin habitar? En mi opinión, la verdadera transformación no está en la creación de celebridades a partir de perfiles anónimos –Seth Godin, Martin Varsavsky o Enrique Dans eran perfectamente reconocibles antes de establecer sus blogs-, la transformación está en la capacidad de generar alrededor de las fuentes de interés algunos ecosistemas de enormes proporciones, al modo en que se forman los clusters económicos alrededor de ciertas infraestructuras o comunidades en los países. Y respecto de la blogosfera abandonada, su valor no es presente, sus contenidos no son para el consumo de masas, sino que son una forma de legar a los propios usuarios una fórmula de perpetuación y reencuentro en el futuro. Como ocurría en aquel cuento en el que un Borges anciano prevenía al Borges joven sobre el futuro que le acontecería, los contenidos personales que se vierten en la red en la actualidad son mensajes en una botella, son la forma de transmisión escrita del pensamiento hacia el futuro, para un destinatario que algún día tendrá una fuente de inspiración adicional a la de la memoria.
[…] lo cual puede descomponerse en dos caras: la gran cantidad de oferta, que se explica mirando las razones de las personas para publicar ; y la gran cantidad de demanda, expresada en las importantes audiencias de algunos blogs. Si bien […]