Se anuncia hoy en internet que Sex.com ha batido el récord de recaudación por un dominio de internet (12 millones de dólares). De nuevo me encuentro con el definitivo poder de las marcas, y con el transcendental canal de internet como propulsor de las mismas (se hubiese pagado algo por una cabecera de nombre «sex», o un canal de radio, o una cadena de televisión? hubiese podido rellenarse un «million dollar wall» a la velocidad y con el éxito del «million dollar home page«?). ¿Hay algo que pueda desarrollar la onmipresencia y la velocidad de transmisión que aporta internet? Quizás sí. Está seguramente en el bolsillo de su chaqueta, o en su bolso. O puede que en ambos. Está en todas partes.