Dice hoy elmundo.es (aunque estará ya en toda la prensa en internet) que Google es ya la primera marca global. Esto, que es llamativo (en 1997 nadie sabía qué era Google), no es sino un botón del panorama actual: Apple es la segunda y atención!, Skype es la tercera.
Si uno hace memoria, le costará encontrar un solo anuncio en radio, prensa o televisión pagado por Google y mucho menos por Skype. Las marcas más importantes no han gastado en publicidad (no al menos en el sentido convencional).
Según mi opinión, el fenómeno que se pone de manifiesto detrás de esto es que no hay presupuesto en comunicación que pueda comprar lo que consigue para una marca la expansión vírica o boca a boca de un producto que funcione: los usuarios avisando a otro usuario de su gozo al hablar por internet, los comercios o comerciantes haciendo clic con curiosidad sobre el link que han descubierto en alguna página de Google sobre cómo aparecer junto a los resultados de las búsquedas que están tan acostumbrados a realizar. Hoy en día las marcas se distribuyen y popularizan a través de los usuarios, en comunidades, y utilizan el vehículo internet para conectar a unos y otros. No parece sin embargo por el gasto de las empresas, que esta opinión mía sea generalizada.